Farolas y Luminarias LED sin driver
La clave en la eficiencia energética está en dar el máximo de luz con el mínimo de consumo. Cuanto mejor es el rendimiento lm/W, mayores serán los ahorros y por lo tanto mejor será el ROI (Retorno de la Inversión).
Se puede conseguir el mismo flujo de luz con pocos/muchos y malos diodos o con pocos/muchos y muy buenos. La diferencia en coste entre meter muchos de los malos y meter muchos de los buenos representa unos pocos Euros.
Pero la diferencia de esos pocos Euros significa un mayor ahorro que amortiza en muy poco tiempo la diferencia en el precio. Sin embargo, poner un producto que tiene un peor rendimiento lumínico por cada vatio consumido implica perder dinero o no ahorrarlo (en contabilidad hay que anotar las pérdidas cuando se detectan).
En el corto plazo (momento de la compra) un producto económico (pocos euros de diferencia entre bueno y malo) puede parecer la mejor opción. En el instante en que se enciende la farola – luminaria LED sin driver, empiezan las pérdidas y es cuando nos damos cuenta que si hubiéramos optado por la farola – luminaria LED sin driver de mejores prestaciones, ahora estaríamos consumiendo mucha menos energía y por lo tanto estaríamos ahorrando más, reduciendo el periodo de amortización.